Kazura probó suerte y ganó la lotería de 4.2 mil millones de yenes. Para huir de las hienas que olían el dinero por todas partes, Kazura se refugió en una residencia heredada de generación en generación. Al investigar el interior de la residencia, descubre en un cuarto un espacio donde puede ir y venir entre dos mundos. En ese otro mundo puede ver que el nivel de civilización y tecnología es bastante bajo, el protagonista trae a veces comida y otras veces tecnología, para descubrir su propio valor en ese mundo.
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