Novelas ligeras en español

miércoles, 14 de septiembre de 2016

Dungeon Defense capitulo 0

¿Sabéis cómo acabó el mundo?

[Sí]      [No]

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— ¿Creéis en la adivinación?

— Mis disculpas, su alteza. Esta doncella no cree en supersticiones.

— Qué lástima. Las supersticiones son magníficas. Dan vigor a la vida de uno.

El entorno estaba silencioso.

La multitud de cinco mil silenciosamente escuchó la conversación entre las dos personas frente a ellos.

Por un lado, había una mujer radiantemente bella. Mientras que ella era una noble que gobernaba la ciudad, también era la que había sido derrotada en este asedio.

Por el otro, se sentaba un oscuro hombre. Envuelto en un manto negro y vestido en ropas similarmente negras, sólo podía ser descrito como una persona de la oscuridad. Particularmente, estaba arrancando los pétalos de una flor. Pétalo por pétalo, la rosa fue separada y cayó al suelo con una ominosa sensación.

— Vos tuvisteis la oportunidad de rendiros antes.

— Admito eso.

— Cuatro veces.

El hombre habló.

— Había despachado a un enviado presentando a vuestra merced la oportunidad de rendiros. Sin embargo, en cada ocasión, vos cortasteis la garganta del enviado y enviasteis de vuelta el cadáver. Viendo como se ha llegado a esto, hablemos honradamente. Deseo decapitar vuestra hermosa cabeza y exhibirla en una lanza.

El hombre balbuceó con indiferencia. Si estuvieras escuchando desde una perspectiva externa, la manera en que dijo la última oración fue como si el estuviera simplemente comentando acerca de cuan agradable estaba el clima.

Pese a eso, si fueras a ver incluso un poco a un lado, descubrirías cuan equivocada la sensación estaba. Desde goblins a orcos, y finalmente ogros, estos inmensos monstruos estaban escoltando al hombre sin dejar siquiera un sólo hueco.

Estos monstruos podrían masacrar lo cinco mil humanos reunidos aquí inmediatamente si el hombre así se los ordenara.

— (… para que un hombre de aspecto tan normal emane una fuerza tan intimidante.)

La mujer noble podía sólo tragar saliva. La responsabilidad de proteger las vidas de los ciudadanos descansaba en sus hombros.

— (Querer poner mi cuello en una lanza. ¿Está diciendo la verdad o me está intimidando? O quizá simplemente me está probando…)

Christiane Louise Von Volfusbrook.

Una heroína conocida como la “Perla del Norte” del Imperio.

Ella había empezado una rebelión en el ejercito del Señor Demonio. Había sido alrededor de medio año desde que el imperio estaba invadido por los demonios y había humanos que aún no habían aceptado ser regidos por monstruos. Se pensaba que había una probabilidad considerablemente alta de triunfar en esta revolución.

Pero el hombre frente a ella reaccionó antes que ningún otro.

En cosa de días, el contacto entre otras ciudades estaba cortado. Las rutas de abastecimiento fueron saqueadas, y las fortalezas fueron capturadas. Una vez fue, finalmente, capaz de recomponerse, su ciudad ya había caído en sólo cuatro meses.

— (Así que esto es un Señor Demonio…)

Christiane Louise Von Volfusbrook mordió sus labios fuertemente…

Un miembro en una orden de 72, que reina sobre todos los demonios.

El señor que maneja la falsa alquimia y todas las retoricas.

Actor entre actores.

Alabado como Señor Demonio de muchas caras.

Dantalian.

Señor Demonio Dantalian.

Ese era el nombre de este hombre.

Christiane Louise se estremeció de terror.

— (¡Un movimiento en falso y seré asesinada…!)

Para calmar sus temblorosas rodillas. Christiane Louise pensó en las últimas palabras de su padre. “Siempre sé digna”. Eso era correcto. Ahora era el momento de comportarse como un noble y responder con determinación.

— (Podría vender mi cuerpo si es necesario.)

El rumor de que el Señor Demonio frente a ella era un maniaco sexual ya estaba extendido.

Aunque no estaba tratando de presumir, Christiane Louise tenía bastante confianza en su propia apariencia.

Si es necesario, se convertiría en una esclava sexual si eso significa proteger a (el nombre de) su familia.

Christiane Louise se había mentalizado.

— Oh gran Señor Demonio-

— Perdón, pero ¿podrías no llamarme así?

En hombre le interrumpió, mostrando claro odio.

— A qué te refieres con, “Oh gran Señor Demonio”. Me siento tan asqueado sólo por oír esas palabras, que no estaría sorprendido si mis oídos fueran a derretirse en este mismo instante. Hay más de cincuenta Señores Demonio vagando sólo en este continente. Me pregunto si soy el único “gran Señor Demonio”.

— Entonces, ¿Cómo debería esta llamar a su alteza… ….?

— Simplemente sigue con “su alteza”.

Christiane Louise asintió en respuesta.

— Sí, su alteza. ¿Podría humildemente informar a su alteza que hay tres razones para perdonar la vida de esta?

— ¿Es así? Dime solo una.

El hombre arrancó un pétalo y dejó descender lentamente el pétalo rojo solo.

— No poseo tanta paciencia.

— ¡…!

Un frio bajó por la columna de Christiane Louise. El hombre ni siquiera le estaba mirando, y aun así se sintió como si cientos de ojos flotantes invisibles le estuvieran mirando hacia abajo.

— (Debo estar alucinando.)

El interior de la boca de Christiane Louise se volvió seco.

— (No es nada más que mi mente jugándome trucos.)

Murmuró en su mente el sabio dicho transmitido a las generaciones de su familia.

— (Oh ancestros. No respeten la injusticia por su crecimiento, y no ignoren la injusticia por su juventud.)

Como un viajero bajando por un oscuro camino de montaña mientras confía en una antorcha pobremente hecha, Christiane Louise fue apenas capaz de reunir el valor para abrir su boca al depender en el orgullo de su familia.

— … Quedan seis ciudades que aun apoyan la rebelión. Es obvio que tomará una inmensa cantidad de tiempo y personal para conquistarlas a todas.

El hombre levantó sus hombros.

— Ciertamente. He estado teniendo el ansia de cometer suicidio sólo por pensar acerca de eso.

— Su alteza. Gane el control no con lanzas sino con generosidad. Si su alteza muestra tolerancia y nos perdona ahora, esas otras ciudades naturalmente se rendirán por cuenta propia. Sin embargo, si su alteza nos trata con crueldad…

— Con temor a ser tratados de igual forma, se revelarán más violentamente.

El hombre le interrumpió.

— ¿Es eso lo que quieres decir?

— Sí, su alteza.

Como era de esperar, entendió rápidamente.

Christiane Louise pudo ver un pequeño destello de esperanza.

El hombre frente a ella no era simplemente un tirano Señor Demonio. Él era uno de los tipos más brillantes. En pocas palabras, las palabras le llegaron. La oportunidad de mantenerse con vida podría no ser una esperanza en vano después de todo. Christiane Louise calmó su miedo.

El silencio continuó.

Luego de arrancar los pétalos de la rosa hasta el desnudo el hombre recogió otra. Sin decir una sola palabra, arrancó la flor completa. Los pétalos rojos se dispersaron como nieve, cayendo lentamente en una pila a los pies del hombre.

—desnúdate.

Una sola palabra se asentó sobre el entorno.

Fue un tono increíblemente normal. Christiane Louise no pudo entender la situación. Sólo pudo parpadear de sorpresa.

— ¿Perdón?

— Baronesa Von Volfusbrook. Vos habéis comenzado una rebelión por vuestra propia terquedad. Como resultado, dos mil ciudadanos perdieron sus vidas. Por supuesto, ellos no eran mi gente. Sean dos mil o veinte mil, no es mi asunto. Pero…

El hombre levantó su cabeza lentamente.

Christiane pudo ver los ojos del hombre por primera vez.

Era como si pupilas de negro puro estuvieran perforando en lo más profundo de su corazón.

— … vos no. Los dos mil que han perecido eran vuestra gente. En todo el continente, la única que puede tomar la responsabilidad por todas estas vidas es vuestra merced.

El hombre suspiró.

— Unos cuantos minutos atrás vos apelasteis a mí para el perdón de vuestra propia vida. No se suponía que hicieseis eso. No por vuestra propia vida, sino por las vidas de todas las personas de ahí. Se suponía que suplicaseis para salvar la vida de vuestra gente. Así es como una persona toma la responsabilidad.

— S-su alteza. Ésta fue….

— Baronesa Christiane Louise Von Volfusbrook. Vos sois una mujer amable y bella. Para ser más preciso, una persona diabólica. Os sentencio a una deshonrosa muerte.

El hombre se levantó de su asiento.

De una vez, todos los monstruos que estaban rodeando el área levantaron sus armas. Los ciudadanos se sorprendieron y rompieron en gritos.

A estas personas el veredicto de muerte del Señor Demonio cayó.

— Vos seréis desnudada y humillada por mis soldados. Frente a todos estos civiles, también. Yo, Dantalian, 71er rango y poseedor del nombre de diferentes caras, por la presente sentenciaré; Christiane Louise será privada de su título y afrontará la muerte como un simple plebeyo.

— ¿¡Su alteza…!?

— Muchas vidas deberán llegar a su fin aquí. Desesperación mientras coloco el nombre del que inútilmente desperdicio las vidas de otros en el mismo fondo de mi corazón.

El hombre dejó el escenario con indiferencia.

El repentino movimiento del manto del hombre causó una pequeña ráfaga en el suelo, forzando a los pétalos de rosa que finalmente habían quedado quietos ser esparcidas por el viento. Desde atrás, Christiane Louise continuaba gritando. “¡Su alteza!”, sin embargo, el hombre nunca volteó atrás.

Ese día, la mujer conocida como la “Perla del Norte” fue ejecutada.

Una vez más, el continente tenía que repetir el nombre del Señor Demonio, Dantalian.

[Señor Demonio de las Diferentes Caras. 71er Rango, Dantalian.]

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¿Cómo se convirtió en esto?

Maldita sea. ¡Esto no era como lo planeé!

Christiane Louise apareció como una heroína en el juego también. Su rol era el de asistir al protagonista, que era el héroe, en asuntos políticos. El final donde eres capaz de vencer la brecha social entre el uno al otro y finalmente lograr casarse con Christiane era considerablemente amado por los fans. Obviamente, yo era uno de esos fans.

De ser posible, quería perdonarla.

Viéndola en la vida real, era mucho más mucho más hermosa que en las ilustraciones de juego.

Mi dios. Era como si una diosa había de los cielos.

Preocupado de ser afectado por su belleza, había mantenido mi cabeza abajo. La única razón por la que continué arrancando rosas fue para esconder mis temblorosas emociones también…

[1. Ejecutar]

[2. Perdonar]

Como de costumbre, cuando quiera que una importante decisión se aproximaba, un recuadro de opciones se alzaba. Un recuadro transparente visible solo para mis ojos. Por supuesto, traté de seleccionar la opción numero dos para perdonarlos.

Pero mientras la conversación progresaba, el estado de ánimo se hizo más y más extraño.

Incluso si estas siendo sinvergüenza, cómo se puede tener tan poca vergüenza.

Dos mil personas habían muerto. Dos mil. Pese al hecho que un extraño recuadro de opciones aparecería y una ventana de estadística brilló frente a mis ojos, esta era, no obstante, la cruel realidad. En esta realidad, dos mil personas murieron a causa de la ambición de una persona.

No había ni siquiera la menor pizca de culpa en la actitud de Christiane Louise.

Mi estado de ánimo se comenzó a poner reticente*.(Nta: Que actúa con reticencia, desconfianza o cautela*) La emoción que sentí cuando conocí por primera vez en persona a la heroína que solo había visto a través del monitor del computador hasta ahora, rápidamente disminuyó. Cuando volví en mí—me encontré ordenando la más deshonrosa ejecución.

Lo hice de nuevo.

Deje salir un péquelo suspiro y le hable a un subordinado.

— Vuelve a los campos y decapita a los prisioneros.

— ¿Sí? ¿no deberíamos hacerlos sufrir más?

— Eso es suficiente. Esto es suficiente ejemplo para las otras ciudades.

El subordinado recibió la orden y caminó de vuelta a los campos.

Poco después.

[1. Ejecutar]

[2. Perdonar]

Los escritos brillaron intensamente en medio del aire.

Y entonces, las palabras se rompieron en partículas blancas y se esparcieron. Aunque se sentía que desaparecerían en cualquier segundo, las partículas abruptamente se juntaron y formaron nuevas palabras.

[¡Una cruel y despiadada decisión!]

[El continente está aterrado por tu crueldad.]

[La infamia incrementó sustancialmente.]

Luego las palabras se dispersaron como pétalos.

La información de que mi infamia subió de nuevo me puso en profunda depresión.

— ¿Cómo se volvió en esto?

Solo podía preguntármelo.

No lo era.

El punto principal, quería vivir una vida tranquila.

Dónde fue que fueron mal las cosas. Seguramente mi nacimiento mismo no fue un error, ¿cierto? ¿Es eso? La vida era absurda desde el mismísimo principio…

Aah, quería frotarme contra Christiane.

No solo Christiane, sino que quería disfrutar una vida divertida con las otras heroínas como Romei, o la hija del emperador, Elizabeth.

A decir verdad, no quiero trabajar en absoluto.

En serio, por qué he terminado poseyendo el cuerpo de un Señor Demonio.

Cualquiera está bien. Por favor, alguien arregle mi rota vida……

¡O por lo menos denme unas vacaciones de un mes……!
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