Matsushiro Kota se consideraba una persona ordinaria.
Kota, incluso como un niño, no tenía un sueño particular. Cuando los otros niños decían algo como un doctor o actriz, él sólo se encogía de hombros diciendo “No lo sé”, se consideraba ordinario, sin ninguna habilidad especial. Incluso su padre sólo trabajaba en una empresa de tamaño medio con una paga decente.
Kota era una persona relativamente perezosa y podía ser descrito como un típico otaku durante su infancia. Durante sus años de instituto, estudio duro y evito todo contacto del exterior. Si hay una persona que podría ser un chico del cartel para el lema “trabajar duro es correspondido por el resultado” definitivamente tendría que ser Kota.
Kota trabajó duro y logro ser aceptado en una modestamente famosa universidad. Incluso en sus días de universitario era un encerrado e incluso iría tan lejos como rechazar citas a ciegas. Leía sobre oportunidades de trabajo a través de revistas y adaptaba su currículum con actividades para ser seleccionado en una empresa decente. Al final de sus años fue colocado en una de esas empresas que podrían ser llamadas grandes en las calles.
La empresa a la que se unió era una empresa orientada al desempeño. Gracias a sus habilidades que adquirió desde sus días escolares, trabajó duro sin ningún signo de vida social y fue enviado a la oficina central con una promoción.
Podría ser evaluado como una persona con baja autoestima. Trabajaba y hacia el trabajo que se esperaba de él y tenía una vida bastante aburrida, al menos así era.
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“…..Bien, ahora debo preguntar”. Kota de repente escucho una voz hermosa, y volteo para mirar la fuente de esa voz.
En frente de Kota, en la esquina de la torre, estaba una chica de cabello rubio con un hermoso rostro y cabello que llegaba a las caderas de su vestido en un atuendo que mostraba su alta posición social, el cual igualaba su encanto.
“……”
Con una mochila de viaje en una mano, y un familiar vaso de papel sacado de la famosa cafetería en la otra mano. Kota vestía un traje, estaba de pie ante los ojos de la mujer hermosa con un poco de esperanza….. Ella lentamente volvió a hablar, con un tinte de resignación en su voz.
“¿……… Eres… un….. héroe?”
Las palabras de la belleza habían golpeado sus oídos, pero para entender que estaba pasando, Kota bebió una bocanada de café de la copa en su mano. Si, era amargo y caliente. Entonces… ¿esto no era un sueño?
“Qué de…, ¿Estoy muerto?
Hacia las palabras de Kota, la hermosa chica contesto curiosamente.
“……No”.
Kota considero como responder, y comenzó con una auto introducción, luego comenzó a hablar.
“Mi nombre es Matsushiro Kota del Banco JuEtsu, Departamento de Planeación Corporativa. Yo, cumpliendo los criterios de héroe es dudoso, lo que puedo hacer depende de la situación aunque no recuerdo hacer algo como un héroe, pero……. ”
Así, siguió con su parloteo.
“…… Al menos, por ahora soy un bancario normal”.
…… Este es un bancario “normal”, invocado en el Reino de un mundo diferente, el Reino Flame. Tenía un poco de sabiduría, sin un gran valor, pero mucha humildad y una personalidad sincera. Tenía suerte promedio con un elemento de una inevitable lotería de supervivencia, esa es la historia de Matsushiro Kota de veintiséis años de edad.
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