Novelas ligeras en español

martes, 13 de junio de 2017

Sevens capitulo 14

Lo que presentamos a la recepción del gremio fue una petición escrita para aventureros.

Tuvimos que pagar los honorarios de la petición y el depósito de la recompensa, pero de ese modo pudimos recolectar mano de obra.

Sin embargo después de aceptar el formulario Hawkins-san revisó la página y miró mi cara numerosas veces.

[L-Lyle-kun… no hay error en esta suma monetaria, ¿verdad? El intervalo de tiempo de aceptación es de cuatro días. Sólo por participar, la recompensa es de dos de plata. ¿El contenido dice que sólo tienen que permanecer en un punto designado?]

Era natural que dudase.

El pago y el nivel del trabajo estaban completamente fuera de sincronización.

[No hay problema. Además, acerca del número de personas que estaremos tomando.]

[¿Eh? Sí…]

Hawkins-san parecía preocupado mientras confirmaba los números escritos en el formulario.

[¿¡Cien!?]

[Aunque tenemos los fondos para recompensar hasta doscientos. En esencia, nuestro objetivo… es simplemente hacer que se paren alrededor de la entrada de una mina abandonada. Además voy a pagar la recompensa por separado, y también buscaré gente por mi cuenta.]

Al oír eso, Hawkins-san confirmó los detalles de los documentos una y otra vez.

『Si es justo como nuestra inteligencia declaró, entonces son veinte o más. Incluso si lo llamas excesivo, el único en movimiento será Lyle. Bueno, si piensas en ello como participar en una guerra, no es una mala ganancia.』

Cuando la Tercera Generación dijo eso, experimenté algunos sentimientos vagos.

(Trabajar por un día me dio alrededor de seis a diez grandes monedas de cobre, pero aún así estamos dando dos platas por un trabajo de dos días. Aún así, si no hacemos al menos eso, no vamos a tener una inundación de solicitantes.)

『Aquellos cegados por el dinero se congregarán. Hagámoslo con una explosión, ¿por qué no?』

Sin embargo todavía actuando como un hijo idiota.

Subyugar a unas decenas de ladrones con centenares debe parecer como una broma para los residentes de Dalien.

Eso definitivamente enviaría mi ubicación a la casa Walt… mi familia sin duda lo sabrá. Por supuesto, la posibilidad de que ya lo saben es alta.

Pero si llevo a cabo actos tontos de este nivel, ¿qué pensarían de ello?

Realmente conseguiría que me asesinaran un día u otro.

(Si es por capricho de Celes, no sería extraño que ocurriera algo así).

Entonces, después de esta broma… después de la lucha de este mocoso idiota, ¿qué pasaría entonces?

(Al final todo esto es una apuesta, ¿no es así…?)

Mientras Hawkins-san se estaba asegurando de que no había deficiencias en el papeleo, añadí otra cosa.

[Ah, cierto. Quería preguntarle algo, Hawkins-san, si eso estuviera bien.]

[Sí. Siempre que sea algo que pueda contestar.]

Al oír eso, lo confirmé con él.

Naturalmente Zelphy-san no tuvo quejas.

No había manera de que el gremio negara la petición.

(Porque siempre es mejor tener más cartas para jugar.)

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Frente al primer piso del Gremio.

En el espacio donde iban y venían multitudes de gente, hice un llamado en voz alta.

[Soy de la casa Walt… ¡el ex heredero de una Casa Conde! ¡En esta ocasión estoy de pie para eliminar a los bandidos que han hecho un nido cerca de Dalien! ¡Cualquiera que crea que mi causa es justa, por favor sea voluntario!]

『Hey, tu voz es demasiado suave. Puedes reírte si quieres, así que hazlo dramático aquí.』

La Cuarta Generación me dirigía mientras yo anunciaba en voz alta la operación.

Ridiculamente.

Incluso provoqué algunas risas.

[¿Un noble derribando bandidos?]

[Y espera, ¿no fue expulsado…?]

[¿No es eso porque no es bueno?]

[Dejen los problemas de bandidos al señor.]

[Después de que acaben con el laberinto, volverán pronto. Sólo tenemos que aguantar hasta entonces.]

Mientras reían sarcásticamente, los aventureros me ignoraron.

Hubo algunos que se burlaban abiertamente también.

[Ahora es tiempo de ponernos de pie, y como caballeros, nuestra misión es… (E-es hora de desesperarse!)]

Soporté la vergüenza y continué llamándoles.

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Cuando terminé mi petición me reuní con Novem y regresé a nuestra casa alquilada.

Frente a la entrada, una mujer pelirroja… Aria Lockwarde, estaba de pie amenazadoramente con los brazos cruzados.

Sus brazos cruzados resaltaban sus pechos.

No estaba muy diferente de lo habitual, pero hoy estaba mentalmente agotado, así que le eché una fugaz mirada a su pecho antes de plantear la inevitable pregunta.

[Um… ¿tienes algún negocio en nuestra casa?]

[¡No digas tonterías! ¿Qué fue eso de hoy?]

“Eso” probablemente se refería a mi gran anuncio.

[Ahora, bueno, la recompensa por subyugar bandidos…]

[Lyle-sama estuvo increíble.]

Mientras me avergonzaba por la adulación de Novem, Lockwarde-san se acercó a mí.

Sus largos pasos no eran algo que yo pensaría que saldrían de una dama noble.

[¡Sólo te pedí que me prestaras a Zelphy-san! Mientras hicieras eso, haría uso de algunas conexiones y reuniría algunos élites para recuperar la gema… si lo dices tan abiertamente, entonces incluso la Brigada de Bandidos oirá hablar de ello, ¿no?]

Novem respondió.

[¿Estás segura de que no estás malentendiendo algo?]

[¿Q-qué? Quiero decir, en verdad, todo el mundo se burlaba de esa actuación.]

Actué exactamente por ese motivo.

Aunque no fue un error… pero por alguna razón me sentía triste.

[La razón por la que actuamos fue precisamente porque teníamos nuestras propias razones. O podría ser… ¿tenías la impresión de que estábamos tomando acción por tu bien?]

A las duras palabras de Novem, Lockwarde-san hizo una mueca.

Escuché la voz de la Primera Generación.

『U-um Novem-chan… Si es posible me gustaría que la perdones, es lo que pienso. Seamos todos amigos, ¿de acuerdo?』

El segundo habló.

『¿De qué lado está este tipo? No hay ninguna razón especial para mantenerla en un estado de ánimo agradable, ¿verdad? Estaremos haciendo lo mismo independientemente.』

No había duda de que mi objetivo era recuperar la joya de la casa Lockwarde.

Esas eran las condiciones que necesitaba cumplir para obtener la asistencia del primero.

Sin embargo mis sentimientos personales de querer ayudarla no eran particularmente escasos.

Esta vez la razón por la que los antepasados estaban trabajando juntos era para que el Primero me reconocieran y para garantizar mi propia seguridad.

[P-pero no tiene sentido si el grupo de bandidos huye!]

[… Entonces, ¿qué tal si tomas acción?]

[¿Eh?]

Novem siguió hablando fríamente con ella. Al mismo tiempo, su argumento era bastante sólido.

[Zelphy-san aceptó una solicitud de gremio para actuar como nuestra asesora. Por supuesto, ya pagamos la compensación adecuada para eso. En este momento le hemos confiado otro trabajo, pero hemos pagado correctamente la cuota por la solicitud.]

[L-lo siento mucho por eso. Pero no tengo ese tipo de suma para pagar…]

La casa Lockwarde-san estaba en declive. No, se derrumbaba.

Si pudieran reunir una suma lo suficientemente grande, no estarían confiando en su vieja amiga Zelphy-san.

[Sin intentar todo lo que puedas, ¿por qué debes seguir encontrando fallas en el trabajo de Lyle-sama? ¿O podría ser que si Lyle-sama tiene éxito, planeas exigirle la joya? ¿Cuán egoísta debes ser?]

[I-incluso yo…]

Mirando el mortificado rostro de Lockwarde-san, intenté insertarme entre las dos, pero el Tercero puso fin a eso.

『Lyle, ¿qué tal si le dejas esto a Novem-chan? Eso tambien será lo mejor para el bien de esa chica Aria.』

Él detuvo mis intentos de detenerlas. Novem confirmó mi falta de acción antes de seguir reprendiendo a Lockwarde-san.

[Incluso si se rieron, incluso si nos avergüenzan, no me reiría de alguien que estaba dándolo todo. Creo que aquellos que simplemente miran desde fuera no están calificados para decir algo al respecto.]

Lockwarde-san también trató de contrarrestar.

[Y es por eso que busqué ayuda… ¿qué esperas que haga sola? ¿Qué estás diciendo que puede hacer una niña como yo?]

Miré a las dos.

La Tercera Generación me ofreció algunos consejos.

『Novem-chan se encargó de jugar al villano en tu lugar. Originalmente eso era algo que tú tendrías que decirle, Lyle.』

El primero también me lo dijo.

『¡Es cierto! ¡Consigue control sobre ti mismo, bastardo!』

El Segundo ofreció al Primero un recordatorio amistoso.

『¿Comprendes que estamos haciendo todas estas cosas problemáticas por tu culpa? Y espera, intenta repetir lo que acabas de decir delante de un espejo.』

Frente a mí, Lockwarde-san estalló en llanto y lágrimas caían por su rostro. La conducta firme que llevaba hasta ahora no estaba en ninguna parte.

Quería recuperar sus cosas preciosas.

Pero hacerlo sola era imposible.

Probablemente agonizaba por ello, y comprendía su impaciencia.

Traje a Novem a la casa. Cuando pasamos por el lado de Lockwarde-san, hablé.

[Mañana por la mañana partiremos. Si por casualidad ves un grupo en espera fuera de la entrada, esa es la fuerza de subyugación de bandidos. Haz lo que quieras.]

[¿Eh?]

Diciendo eso entré en la casa, tomando a Novem de la mano.

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La mañana del día siguiente.

Miré los carros reunidos, postes de madera y tablas, y asentí.

[Si es así, no habrá malentendidos cuando se vea desde lejos.]

『Fumu, estoy sorprendido de que hayas conseguido esto en tan poco tiempo. Los comerciantes parecen estar muy cautelosos de ello también.』

El séptimo miró a los que estaban en los carros y confirmó la finalización de nuestros preparativos.

Estos eran los aventureros reunidos… con todos los ciento treinta extendidos, se veía como un ejército de lejos.

(Hay algunos otros aquí también.)

『… Esa chica Aria está aquí también.』

Moví mis ojos y encontré a la pelirroja Lockwarde-san.

Al verla, Novem no dijo ni una palabra. No dijo nada, pero parecía un poco aliviada.

[¿Estás segura de que no sería mejor para ella si no venía?]

Cuando dije eso, Novem negó con la cabeza.

[Ella tenía ese tipo de personalidad desde el principio. Creo que empezó a sentir remordimiento. De ese remordimiento, tal vez se perdió cuando fue por el camino equivocado… aunque es sólo mi predicción arbitraria.]

No teníamos ningún trabajo para la mayoría del personal. En serio sólo los contratamos para dirigirse al punto de destino. Aquellos con trabajos reales eran menos del diez por ciento de los presentes.

Era un trabajo donde realmente sólo tenían que permanecer allí. Lo anuncié como tal, y por eso se reunieron en masa.

Naturalmente no teníamos tiempo, así que los números que reunimos eran más pequeños de lo que pensaba.

『¿Entiendes, verdad, Lyle? La guerra ya ha comenzado.』

Ante las palabras de la Séptima Generación, silenciosamente asentí.

[Ahora, partamos.]

Y a mis palabras, Novem asintió.

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Una mina abandonada cerca de Dalien…

Allí, con su tesoro a la espalda, un solo hombre se sentaba encima de una caja de madera.

En su mano había una gema roja.

Mirando el tesoro en su mano derecha, el hombre sonrió.

[He puesto mis manos en algo bueno. Debido a esto pude acabar fácilmente con todos los monstruos que se habían pegado a esta área.]

Tenía una barba desaliñada, y era un hombre en gran parte bien formado, cuya altura había superado los dos metros.

Sus veintitrés subordinados miraron a su líder y rieron para sí mismos.

[Como se esperaba de nuestro líder. Aun así, nunca pensé que un mocoso noble mimado nos desafiaría.]

Cuando uno de sus hombres dijo eso, el hombre grande soltó una carcajada.

Frente a los veintitrés, les informó de la fuerza de subyugación.

[Después de que hizo un gran espectáculo en el gremio por supuesto que vendrían. Es más, sin siquiera saber que algunos de nuestros hombres se han infiltrado en sus filas. Dejen que luchen todo lo que quieran con sus tropas de arcilla.]

La información sobre el grupo de Lyle había llegado a ellos.

En total, el hombre tenía veintiséis hombres. De ellos, tres estaban entre los aventureros en Dalien.

Compraban suministros necesarios en la ciudad, y cuando estaban haciendo los preparativos para llevarlos de vuelta a la fuerza principal, pusieron sus manos en información sobre el grupo de Lyle.

A partir de esa información, sabían que la mayoría de los que venían eran aventureros con palos de ciprés y escudos de madera… Lo que es más, era incluso obvio que no tenían mucha habilidad.

[Pueden estar planeando sorprendernos con números y exigir nuestra rendición… pero no podemos aceptar eso, ¿verdad? Nuestro fin no será en un lugar como este.]

El hombre grande tenía ambiciones.

Quería dejar atrás el estatus de bandido y dirigir una compañía mercenaria.

En la fila de mercenarios legendarios que pasaron a convertirse en Señores Feudales, aspiraba a estar junto a ellos.

Había entrado en Dalien, e incluso había hecho conexiones con los habitantes de la ciudad. Lentamente llevó a sus propios subordinados y vendió el tesoro que recaudaron para acumular fondos para su próximo plan.

La razón por la que nunca saquearon Dalien era para que pudieran vivir allí sus vidas de mercenarios de aquí en adelante.

Y la carta que necesitaban jugar para conceder ese deseo había descendido entre ellos.

[Mientras tengamos esta joya no hay nada que temer. Si viene ese mocoso noble, entonces simplemente tomaremos su cabeza.]

[¡Líder! ¡La mujer que el chico tiene con él es muy bonita!]

Cuando uno de sus subordinados dijo eso, el hombre grande sonrió.

[¡Ya veo! Después de probarla se la dejaré un poco a ustedes chicos.]

[Jeje, gracias por eso. Llamó mi interés desde que la vi en el gremio.]

La parte del grupo que se había infiltrado en el gremio se mantenía informada sobre las actividades de Lyle.

Planeaban usar eso para hacer que sus propios nombres se destacaran.

[Vienen prácticamente a nosotros para ofrecernos la oportunidad de elevar nuestros nombres. ¡Hombres, pongan su espíritu en ello!]

[¡Sí!]

La brigada de bandidos se jactó con la moral alta.

La razón era la gema roja que el hombre apretaba.

En ella se registraban diversas habilidades especializadas en combate cuerpo a cuerpo.

Era el precioso tesoro transmitido a través de la Casa Lockwarde por generaciones.

… La brigada se preparó y esperó a que Lyle llegara.

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