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[Raza] Goblin
[Nivel] 5
[Rango] Lord; Jefe De La Horda
[Habilidades] <<Gobernante De La Horda>> <<Voluntad Rebelde>> <<Aullido Abrumador>> <<Esgrima B+>> <<Codicia Insaciable>> <<Alma Del Rey>> <<Sabiduría De Un Gobernante I>> <<Ojos De La Serpiente Azul>> <<Baile En La Frontera De La Muerte>> <<Ojo De La Serpiente Roja>> <<Manipulación Mágica>> <<Alma De Un Guerrero Loco>> <<Tercer Impacto (El Tercer Canto)>> <<Instinto>> <<Sabiduría De Un Gobernante II>>
[Protección Divina] Diosa Del Inframundo, Altesia
[Atributos] Oscuridad, Muerte
[Bestias Subordinadas] Kobold Superior <<Hasu>> (Nvl 1) Gastra (Nvl 1) Cynthia (Nvl 1) Rey Orco <<Bui>> (Nvl 36)
[Estado Anormal] <<Encanto Del Santo>>
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Cuando volví al pueblo, hice que los orcos inmigraran.
Les di el viejo lugar de Gi Za, el que está situado junto a la raíz del árbol gigante. El área que lo rodea es un terreno baldío, así que es perfecto para los orcos. Después de eso, hice un simple acuerdo con ese pequeño orco asustado.
He distribuido diferentes terrenos de caza para los orcos y los goblins. También di instrucciones sobre cómo tratar con los humanos en caso de que entraran en el bosque.
Así es como separé a los orcos de los goblin. Hay un lago al noroeste del Gran Árbol Perforador Del Cielo.
Así que permití que los orcos vivieran en las riberas norte y este del lago. Esta decisión es algo que tomé para crear un gran dique para que los humanos entraran.
Con esto, no habrá ningún problema entre los orcos y los goblins.
Aparte de mí y de las clases nobles, los goblins no tienen una manera de resistirse a los orcos.
Pero aunque no fuera por eso, no quiero un conflicto innecesario. Eso sólo serviría para beneficiar a la amenaza del este.
"¿Realmente está bien con esto?"
Preguntó Bui.
Las palabras del pequeño y asustado orco fueron inusualmente impresionantes. Siempre he pensado en los orcos como brutos que siempre trataban de resolver todo con poder, pero parece que también hay orcos como éste.
Mientras Bui asintió en silencio, suspiró aliviado.
Ser el Rey Orco parece ser difícil, pero no tengo ninguna intención de cuidarle tanto. A lo sumo, sólo quiero que se mantenga alejado de mi camino, y no sea una amenaza para los humanos.
Con esto, la puerta del oeste finalmente se ha abierto ante mí. Cuando volví al pueblo, la limpieza estaba casi terminada. Lo que queda era reparar las cercas, pero eso llevará algún tiempo.
Le pregunté a Gi Gu, a quien había dejado la aldea en mi ausencia, si había pasado algo mientras no estaba.
"Vino un mensajero."
Dijo Gi Gu.
"¿Qué?"
Pregunté, sorprendido.
"Un mensajero de las tribus. Le pedí que esperara."
¿Las tribus? ¿Un mensajero? ¿Dónde he oído eso antes?
"¿De qué tribu?"
Pregunté.
"Por favor, pregúntale tú mismo."
Respondió Gi Gu, sin saberlo. Mientras estaba perplejo, terminé encontrándome con un mensajero de una tribu.
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El mensajero que fue hecho esperar en la casa del rey era aparentemente un goblin raro.
Pero aunque era un goblin, era claramente diferente de los goblins que vivían en este pueblo. Si preguntas qué es diferente, para empezar, lleva ropa. Está vestido simplemente, pero tiene un cinturón abrochado alrededor de la cintura, e incluso lleva un par de zapatos.
Pero eso no es todo lo que se destaca. A su lado estaba lo que claramente era un arco. A pesar de que los goblins son normalmente demasiado torpes con las manos, ¿Es capaz de usar un arco?
El goblin se sentó en silencio mientras esperaba a que yo tomara el asiento de honor, y luego habló.
"Gracias por concederme una audiencia. Soy hijo de Gatsumi, Ra Gilmi de la Tribu Ganra de las cuatro tribus."
Declaró el mensajero. Habla con fluidez y dignidad. Da la impresión de que está acostumbrado a cosas como ésta.
"Déjame oír por qué has venido."
Dije. Miré al goblin mientras le imploraba que hablara.
"Líder de la aldea del este, por favor salve a Ganra."
Pidió el Gimli.
Su piel no es diferente de las otras clases raras, pero su intelecto está claramente por encima de la clase rara. ¿Es porque es de una de las cuatro tribus? Ahora que lo pienso, ¿No me llamó simplemente el gobernante del este?
¿Cuánta verdad hay en las palabras de este goblin del oeste? Esforcé mis ojos para encontrar la respuesta a eso.
"Por supuesto, le daremos una recompensa apropiada. Estamos dispuestos a darte una joven dama elfo como recompensa."
Así que un elfo finalmente ha aparecido. Si no recuerdo mal, deberían estar situados en las regiones traseras, así que no debería ser fácil atraparlos. Pero considerando la reproducción del goblin, probablemente sea necesario capturar una hembra de alguna otra especie. Para tener otro asentamiento como el pueblo que tenemos aquí donde la cría está cubierta únicamente por las hembras goblins, indudablemente se requeriría un rey poderoso.
"Entonces, ¿Qué es lo que deseas de mí?"
Le pregunté.
"Por favor lucha contra una de las cuatro tribus, Gaidga."
Respondió.
"¿Están peleando con sus tribus compañeras?"
¿Es el oeste tan bendito comparado con nosotros aquí quiénes son sólo capaces de apenas adquirir comida para nosotros mismos? Pero también podría haber amenazas de orcos, y tal vez incluso arañas gigantes en las profundidades del bosque.
"Es vergonzoso, sin embargo, la verdad es que una maldición ha sido lanzada sobre nosotros cuatro tribus."
"¿Una maldición?"
"Una maldición desde tiempos antiguos. Una maldición que dicta que al que nos inclinemos sea el rey que dirija a los goblins."
Ho…
Me gustaría ayudarte, pero esta aldea está actualmente en reparación.”
Gilmi abrió los ojos al oír mis palabras. Era como si lo que dije estuviera fuera de sus expectativas. El goblin miró hacia abajo mientras parecía que empezaba a meditar.
"Dame cinco días."
Dije. Como una cuerda que había sido enganchada, Gilmi rápidamente me miró. Mientras asentí generosamente, Gilmi inclinó su cabeza lo suficientemente profundo como para tocar el suelo.
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"¿Cambiar el nombre?"
Preguntó Gi Za, perplejo. Ligeramente agité mi cabeza hacia la voz cuestionante del jefe druida, Gi Za.
"Para ser más preciso, pensé en dar otro nombre."
Dije.
"Exactamente qué tienes en mente."
Preguntó el viejo goblin. Mientras asentí, respondí a la pregunta del viejo goblin.
"El pueblo se ha hecho más grande. Hasta ahora he dado nombres simples, pero de ahora en adelante nos enfrentaremos a las tribus."
Mis vagas palabras dejaron a los dos desconcertados mientras inclinaban la cabeza.
"¿Por qué necesitamos más nombres cuando enfrentamos a la tribu?"
En la indagación del viejo goblin, asentí con la cabeza y contesté.
"¿Qué piensas cuando oyes, el hijo de Gatsumi, Ra Gilmi?"
"Como se espera de alguien de las tribus..."
Cuando Gi Za oyó la sencilla respuesta del viejo goblin, sus ojos se abrieron de par en par.
"A-Así que por eso."
La cara de Gi Za se retorció en una sonrisa. Esa sonrisa traviesa suya no me hace perder. Su sonrisa es bastante oscura.
Sangre legítima, una sangre que puede sostener a una persona. No importa si uno es humano o goblin, hay un sentido natural de respeto por uno que posee ese tipo de sangre.
Ni siquiera yo podía creer lo que oía cuando escuché a Gilmi llamarse. Pensándolo bien ahora, me sorprendió honestamente aquella vez.
Pero si ese es el caso, entonces nosotros también debemos jugar esa carta. Siempre que se habla de las tribus, hay una implicación de orgullo en la vieja sangre.
Un linaje a respetar.
Si lo dijera yo mismo, creo que el linaje lleva consigo poder real.
"Entonces, ¿Qué planeas hacer exactamente? ¿Vas a dar el nuevo nombre a las clases raras?"
"No. Empezaré a repartirlo en clases nobles. Primero, le daré uno a Gi Ga."
"…Lo llamaré.”
"Por favor."
Gi Ga no puede caminar, así que dejé que Gi Za lo enfrente directamente. Gi Ga vino mientras perforaba su lanza, y luego se sentó así en el suelo. Entonces puso su mano en el suelo, y me miró.
"Gi Ga, te doy un nuevo nombre."
Declaré.
"Eso es…"
Gi Ga dudó.
"Gi es el nombre de este pueblo. Ga es el nombre que te di. Gracias a tus logros en esta batalla reciente, te doy el derecho a una casa. Así, te concedo un apellido."
"¿Un derecho a una casa?"
"Si lo deseas, podría darte un pueblo."
Mis palabras dejaron a todos conmocionados, haciendo que todos miraran con los ojos muy abiertos. Es la prueba del peso de mi confianza. Y no le daré un apellido a cualquiera, sólo aquellos con la fuerza suficiente serán dignos de uno.
Como le expliqué, el cuerpo de Gi Ga tembló.
"Rey, ¿Soy innecesario?"
Preguntó Gi Ga.
"No me malinterpretes. Todo lo que te doy es el derecho. Si así lo desean, pueden continuar a mi lado."
Respondí.
Pero como prueba de su honor y poder, le daré un apellido.
"Si es posible, por favor déjeme servir bajo el rey."
Pidió Gi Ga.
"Lo entiendo. Pero por el bien de recompensarte por el poder que me has mostrado, acepta este nombre."
"Por tu voluntad."
"De ahora en adelante, eres Gi Ga Rax."
"Acepto con gratitud."
De la misma manera, llamé a los otros Gi Gu Verbena y Gi Go Amatsuki.
"Por cierto, Rey."
Después de que había despedido a los goblins nobles de la Casa del Rey, Gi Za me hizo una pregunta.
"¿Qué?"
"Si me dieras un apellido, ¿Cuál me darías?"
En ese momento, un destello de inspiración atravesó mi mente, y le contesté con una enorme sonrisa en mi cara.
"¿Qué tal Gi Za Za?"
Le contesté bromeando. Se basa en el mismo sentido del nombre que sugirió cuando pensábamos en un nombre para los lobos grises.
Cuando le dije eso a Gi Za, su cara estaba visiblemente sorprendida mientras se quedaba callado.
"Ha ha ha… Es una broma. Dejaré el placer de pensar en un nombre para cuando evoluciones."
"¡Rey mezquino!"
"¿Qué? Incluso esto es gracias a tener un buen maestro."
Me divertí mucho en este tiempo de paz.
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