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Estado
Raza: Goblin
Nivel: 15
Rango: Lord; Jefe De La Horda
Habilidades: <<Gobernante De La Horda>> <<Voluntad Rebelde>> <<Aullido Abrumador>> <<Esgrima B+>> <<Codicia Insaciable>> <<Alma Del Rey>> <<Sabiduría De Un Gobernante I>> <<Ojos De La Serpiente Azul>> <<Baile En La Frontera De La Muerte>> <<Ojo De La Serpiente Roja>> <<Manipulación Mágica>> <<Alma De Un Guerrero Loco>> <<Tercer Impacto (El Tercer Canto)>> <<Instinto>> <<Sabiduría De Un Gobernante II>>
Protección Divina: Diosa Del Inframundo
Atributos Oscuridad: Muerte
Bestias Subordinadas: Kobold Superior <<Hasu>> (Nvl 1); Gastra (Nvl 20); Cynthia (Nvl 20); Rey Orco <<Bui>> (Nvl 36)
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El viento bramaba con los aullidos. Y todos los sonidos desaparecieron mientras el ogro balanceaba su hacha para dejar una fisura sobre su estela.
"¡GURUuRUuuuA!"
"¡GOoouuOO!"
Rugí de vuelta con mi <<Aullido Abrumador>>, pero fue ahogado por los gritos del propio enemigo. Empuñando a Iron Second, me defendí del segundo golpe de esa hacha parecida a una roca. Mis manos se me entumecieron por eso, pero seguí atacando al ogro.
Con la ayuda de <<Esgrima B+>>, mi espada dibujó un arco en el aire mientras se dirigía al brazo del ogro. En ese mismo momento, intenté usar <<Ojos De La Serpiente Azul>>, pero falló.
Chasqueando mi lengua, maldije la crueldad de las trampas en esta fortaleza.
"¡Molesto!"
Y justo cuando pensé que mi gran espada iba a dañar el brazo del ogro, de repente usó esos músculos brutales para empujar con fuerza su brazo hasta la base de mi espada.
Me las arreglé para cortarlo al final, pero me mandaron a volar a cambio. Me deslicé por el suelo y caí incontables veces antes de detenerme finalmente. Me aferré desesperadamente para mantenerme despierto y soportar el dolor.
¡El enemigo no es un novato que vacilaría por algo así!
Tan pronto como levanté la cabeza, el puño del ogro estaba esperándome. Enfadado por el dolor, ese puño se lanzó hacia mí, intentando matarme. Retorcí mi cuerpo en respuesta, y lo recibí con mi espada.
El impacto fue espantoso. Fue como ser atropellado por un camión, y perdí todo sentimiento en mis brazos.
La sangre brotó de las manos del ogro, pero volvió a levantar el puño sin preocuparse por él.
(¡Maldita sea! ¿¡¡Eres insensible al dolor, Monstruo!!?)
"¡Conviérteme en una espada! (Enchant)"
Intenté envolver mi espada en llamas, pero falló. Sólo perdí el aliento.
(¡Cálmate! ¡Aún no he perdido!)
Forcé la fuerza en mis dos brazos entumecidos, y poco a poco fui recuperando la sensación en este cuerpo monstruoso mío. Luego me fui corriendo al pecho del ogro.
La sangre chorreó, y los tenues gritos del ogro cayeron sobre mis oídos, pero aun así, corrí hacia él. Me aferré a esa tenue esperanza de victoria sólo para ser enviado a volar por las rodillas del ogro.
<<Instinto>> activado, y mis manos se movieron solas para usar mi gran espada como escudo. Pero la fuerza era demasiado grande, y mi espada cayó contra una pared.
No es una situación bonita, pero sigo vivo. Se veían rastros de sangre en el suelo donde se deslizaba mi cuerpo, pero aún respiro.
"Gu, ha…"
Intenté levantarme, pero la réplica me hizo vomitar las tripas. La sangre brotó de mi boca, y mi fuerza me dejó. Sólo mis ojos podían seguir al ogro.
Si esa cosa viene hacia mí ahora, no será bonito, pero… El ogro no se ve mejor. Sus dos brazos están colgando, flojos. Llora a los cielos, pero esos brazos no volverán.
(Y mi espada es…)
Con la victoria justo delante de mí, busco mi espada. La veo medio enterrada en una pared.
Aprieto los puños.
(¡Si no tengo un arma, convertiré este cuerpo en una!)
"¡GUuRUuUAUUAa!"
Los dos estamos desarmados, las condiciones se han cumplido. <<Sabiduría De Un Gobernantes I>> activada. Y debido al daño que he recibido <<Baile En La Frontera De La Muerte>> Etapa 2 activada.
Mis músculos se abultan, mis brazos se contraen y mi intención de matar arde. El ogro debió sentirlo porque dejó de maldecir a los cielos para mirarme.
Abre su enorme boca, brama un rugido, y siento como mis piernas se congelan debajo de mí. Así que, vuelvo a gritar en respuesta.
"¡GURUuuRUuAaa!"
(¡Al diablo con las habilidades!)
Nos echamos a patadas del suelo. Levanto los puños y el ogro abre la boca. La distancia entre nosotros se encoge, y esa boca abierta de él está empeñada en masticar cada pedacito de mí. El ogro bajó la cabeza, y nuestros caminos se cruzaron.
(¡¡No seré derrotado!!)
Mientras nuestros caminos se cruzaban, bajé el puño, golpeándolo en su cabeza. El crujiente sonido de huesos impactando y rasgando carne llenó mis oídos. Mis músculos hinchados vomitaron sangre, y aprieto los dientes con dolor.
"¡RUuuoOOAAAa!"
Pero no flaqueé. Golpeé mis puños en la cabeza del ogro y aplasté esa cosa fea como una sandía. Y con eso, la vida dejó al ogro, y ya no existía.
Un brazo para una vida. Este brazo derecho no se moverá pronto. Eso es bastante malo, en realidad. Ya que aún queda el lord de los ogros después de esto.
"…Pero entonces, ¿Y qué?"
No puedo parar aquí. Incluso si lo único que me empuja es este fuego ardiente en mi pecho. Tengo que ganar. Por su bien también... por aquellos que aún están luchando desesperadamente.
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El arrepentimiento me llena cada vez que pienso en ello. ¿Realmente tomé la decisión correcta? ¿Realmente no había otra forma?
No, no tiene sentido seguir pensando en eso.
Puede que sea porque de alguna manera logramos derrotar a un ogro mientras seguíamos a Kuzan que dejáramos subir la guardia.
Sí, probablemente por eso caímos en una trampa. Cuando salimos de los pasillos, nos encontramos en una habitación espaciosa, y las rocas cayeron sobre nosotros desde arriba. Probablemente, una trampa puesta por los ogros.
Kuzan estaba segura de que antes no había nada parecido, así que ordené a mis hombres que registraran la zona. Una decisión que nos haría separarnos.
Porque uno de los pilares de piedra que llegaba hasta un segundo piso se caería.
"¡¡Está cayendo!!"
Todos saltaron ante mi advertencia, pero entonces todo el lugar se derrumbó.
"Ku…"
Al menos, pensé que me las arreglé para esquivar. Entonces llamé a mis hombres.
"¿¡Están a salvo!? ¿¡Gi Za!? ¿¡Gi Go!?"
Esa montaña de escombros bloqueó mi visión.
"¡Gi Gi! ¡Gilmi! ¡Rashka!"
Llamé sus nombres uno tras otro, pero el muro de escombros que tenía ante mí, ese muro de desesperación, aseguraba que no podía cruzar.
"¡Kuzan! ¡Aluhaliha! ¡Narsa! ¿¡Gi Ji!?"
Lo golpeé una y otra vez mientras gritaba sus nombres, pero nadie respondió. Poco a poco, la resignación pintó mi corazón, pero al sonido de la voz de un lord, ese sentimiento se fue volando.
"¡Rey, vete sin nosotros!"
Fue Gi Za. Los aullidos de un ogro se podían escuchar tan pronto como decía esas palabras. Mis hombres están luchando al otro lado de esta pared.
Están peleando. En una guerra a la que no puedo llegar… Están luchando por mí. Aprieto los dientes.
(¡Si sólo pudiera convertir mi furia en poder! ¡No perdonaría ni un segundo por aplastar esta pared!)
"Voy a seguir adelante."
Venceré al Lord Ogro. Los ogros se están reuniendo a pesar de que no son del tipo que forman hordas. Si derroto al Lord Ogro, entonces quizás se vuelvan unos contra otros.
Mientras sofocaba la impaciencia y la ira dentro de mí, corrí.
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"Hmm."
Estatuas de demonios alineadas en un cuarto oscuro. Algunos tenían forma de hombres y otros de serpientes. Estaban alrededor de una mujer solitaria que estaba sentada sobre un trono como un rey. Una toga blanca como la nieve la rodeaba, y delante de ella había un espejo mágico en el que se reflejaba el odiado y amado mundo de los vivos. Y en ese mundo había un cierto goblin.
"Ah, está yendo, está yendo, mi adorado hijo."
Sus hermosos labios pronunciaban esas palabras casi en un suspiro. De ellos se podía sentir un poco de amor. Sí, probablemente fue el amor de una madre.
"Pero deberías darte prisa."
Su par de ojos dorados se agudizaron ante esas palabras, y con un pensamiento la imagen en el espejo mágico cambió a varios equipos de búsqueda, no, equipos de caza dirigidos por tres humanos peculiares. Cada uno de ellos poseía un extraño poder. No eran más que las vanguardias de los dioses, los Byunei.
Una sonrisa flotó en sus labios mientras ella empujaba su cabello azul celeste hacia atrás.
"…Nunca me canso de ti, Muchacho. El caos y la destrucción te siguen dondequiera que vayas. Aunque la tercera hija del destino (Ryuu) aún tiene que interferir."
Las serpientes a sus pies podían sentir su alegría, y la miraban e inclinaban sus cabezas.
"Tu poder ha sido sellado, tu arma tomada, tu gente está al otro lado de la pared sin salida; tu cuerpo está cubierto de heridas, y delante hay un lord ogro, pero ya sabes… Apuesto por ti."
No hay forma de que él pudiera haber oído esas palabras, pero cuando el espejo mágico mostró su figura…
Parecía que le alcanzaba. Aquel que posee la misma alma noble y fuerte que ella misma poseyó una vez.
Si viniste aquí a medias, tu angustia, tu agonía, tu dolor… Tu todo será mío. ¿Serán dulces las lágrimas de tu dolor? ¿Su sabor se armonizará con las garras de tu desesperación? ¿Y qué hay de tu cara retorcida por la humillación de no proteger a los que querías proteger?
Una tenue sonrisa dibujó sus labios mientras acariciaba sus mejillas sonrojadas.
"Fu fu fu, lo estoy deseando, Muchacho. Hazte más fuerte. Cuanto más fuerte te vuelvas, más divertido será."
Pero, ¿Por qué es?
"…Que preferiría verte para siempre así."
A la diosa caída le encantaba burlarse de él. Ella esperaba que él pudiera superar las pruebas puestas ante él con esa alma fuerte y noble suya. Aunque cualquier cosa le iría bien.
En el reino de los muertos, donde ningún hombre estaba, sólo las estatuas y las serpientes la vigilaban. Una pena, pensó ella. Que sólo podían encontrarse en la frontera de la vida y la muerte.
La Diosa del Inframundo miró otra vez por el espejo mágico.
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El nivel ha subido.
15 -> 24
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