Novelas ligeras en español

lunes, 9 de noviembre de 2020

Goblin Kingdom capitulo 89

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Estado

Raza: Goblin

Nivel: 21

Rango: Rey; Gobernante

Habilidades: <<Gobernante De Los Hijos Demoníacos Del Caos>>  <<Alma Desafiante>>  <<Aullido Devorador Del Mundo>>  <<Maestría De La Espada A->>  <<Dominador>>  <<Alma Del Rey>>  <<Sabiduría De Un Gobernante III>>  <<Hogar De Los Dioses>>  <<Ojo Malvado De La Serpiente De Un Ojo>>  <<La Danza Del Rey Al Borde De La Muerte>>  <<Manipulación Mágica>>  <<Alma Del Rey Berserk>>  <<Tercer Impacto (El Tercer Canto)>>  <<Instinto>>  <<Bendición De La Diosa Del Inframundo>>

Protección Divina: Diosa Del Inframundo (Altesia)

Atributos Oscuridad: Muerte

Bestias Subordinadas: Kobold Superior Hasu (Lv1); Gastra (Lv20); Cynthia (Lv20); Rey Orco Bui (Lv40)

Estado Anormal: Bendición De La Serpiente De Un Ojo; Protección de La Serpiente De Cabeza Gemela

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De vez en cuando, las bestias aullaban, y los soldados saltaban despertando. La atmósfera era tan tensa que los humanos no podían dormir tranquilamente. Sin embargo, con el paso del tiempo, la luz de la mañana les alcanzó, incluso mientras los brazos del dios de la noche los sostenían firmemente.

Sombras oscuras pesaban bajo los ojos de los soldados. Cada uno de ellos estaba alerta, ni siquiera un ratón podría pasarlos inadvertido. Sabían que los diabólicos monstruos acechaban a las afueras del pueblo.

Esos mismos monstruos atacaron anoche. Afortunadamente, pudieron ahuyentarlos, pero su maldad era tal que les recordaba a los demonios del inframundo. Todos los soldados que venían con Gowen pensaban lo mismo.

Los soldados que podían luchar ahora sólo sumaban 250. Si se incluyera a los heridos, ese número aumentaría, pero sigue siendo una cifra preocupante.

"Si nos retiramos ahora, las pérdidas aumentarán…" 

Reflexionó Gowen para sí mismo.

Antes del amanecer, en ese momento en que la oscuridad de la noche se hacía aún más negra, Gowen se volvió hacia el Bosque de las Tinieblas. Los soldados se acobardaban y horrorizaban, todo por el ataque de aquel rey goblin.

Gowen no sabía esto, pero de las fuerzas que estaban luchando contra ellos, los orcos eran 40, los goblins 50 y los kobolds 20.

"Pero…"

A pesar de que los diversos pelotones sufrían tanto, no se les podía dar la oportunidad de descansar. La opción de “esperar” para permitir que la moral se recupere simplemente no era factible. Cuanto más tiempo esperaran, mayores serían sus pérdidas. E incluso si atacaban, el bosque no era algo que pudieran aprovechar. Los soldados temían demasiado a los escasos poderosos entre las filas de los goblins.

"Parece… Que no hay otra opción que retirarse por la fuerza."

No hubo muchas opciones desde el principio, pero ahora no tienen otra opción que retirarse. Tendrían que correr a toda velocidad hacia la caballería esperando fuera del bosque.

"Con ese fin…"

Si eligen correr, los goblins seguramente les darían caza. Si es así, entonces podrían tomar la iniciativa. El que lidera la persecución… Ese no sería otro que el mismísimo rey goblin. Si pudieran devolverles la lucha para frenar su impulso, podrían retirarse rápidamente.

Gowen apretó los dientes y endureció su determinación.

Cuando el reinado del dios de la noche finalmente llegó a su fin, la brillante luz del sol regresó al bosque. Soldados por todas partes suspiraron aliviados, y Gowen se fue para decidir las formaciones. No fue hasta cuando el sol estaba en su punto más alto que Gowen terminó. Yuan lideraría la retirada, mientras que Gowen cuidaría la espalda.

Soldados en buen estado fueron colocados delante para despejar el camino de los monstruos, mientras que los heridos fueron colocados detrás de ellos. Protegiendo a los últimos estaban Gowen y un grupo de soldados que había escogido específicamente. 

Después de forzar sus comidas, salieron apresuradamente. A ambos lados del camino había soldados con espadas largas que servían como exploradores y escoltas para los heridos. En el medio había soldados con lanzas, listos para atacar de inmediato.

A pie con los heridos, les llevaría un día o dos hasta su destino. Dependería también de qué tan feroz ataquen los goblins, pero a pesar de todo, por el camino, no tenían excusas para no traer a los heridos.

Sin embargo, las carreteras seguían estando indefensas y no tenían intención de pasar la noche en ellas. Así, caminarían de noche o de día hasta llegar a su destino.

"¡Kobolds detrás de nosotros!" 

Gritó un soldado, casi chillando.

Gowen miró hacia arriba. Un grupo de kobolds dirigidos por un kobold más grande que los demás los miraban desde atrás. No parecía que tuvieran ninguna intención de atacar, pero tampoco parecían tener ninguna intención de irse.

"…Ignórenlos. Procedan." 

Dijo Gowen. Al mismo tiempo, pensó en lo detestable que era este movimiento. Lo suficiente para casi hacerle empezar a preguntarse si un humano astuto estaba tirando de las cuerdas detrás de estos monstruos.

Los kobolds no eran un problema. Podían tratar fácilmente con ellos en cualquier momento, pero el problema era que el rey goblin era probablemente el que los enviaba. Si persiguieran a los kobolds sin cuidado, podrían simplemente correr y conducirlos hasta las profundidades del bosque, permitiendo que la fuerza principal cargada con los heridos fuera atacada.

Pero tampoco necesitaban perseguir a los kobolds para que tuvieran un efecto. Su sola presencia fue suficiente para presionarlos. Era una presión simple, pero con el tiempo, incluso las presiones más simples podían acumularse para convertirse en algo pesado. Y una vez que el sol se ponga, esa presión disminuirá lentamente su fuerza.

Gowen sabía todas estas cosas, pero no le quedaban cartas con las que responder. De hecho, las gotas de sudor se empezaron a ver incluso en su rostro sin expresión alguna. Aún así, mantuvo su mente calmada.

Si él se rompiera ahora, los soldados caerían en el caos. En ese caso, los soldados podrían simplemente dispersarse y huir, lo que los haría más fáciles de coger para los monstruos.

(Aniquilación Total.)

Podría suceder.

El enemigo era así de fuerte como un adversario.

"¡Líderes de pelotón no bajen la guardia! Estoy vigilando la parte de atrás. ¡Aquellos en los flancos, estén alerta!"

No sabía cuánto efecto tendría eso, pero no le quedaban más cartas por jugar. Todo lo que quedaba ahora era confiar en su fuerza y proceder.

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Cuando los humanos partieron, ordené a Hasu de los kobolds que los vigilase. No los dejaré descansar ni por un momento. Los humanos no deberían ser capaces de soportar esta presión para siempre. Eventualmente se romperán. Y cuando lo hagan, nuestro ataque tendrá mucho más efecto.

"No hagan ruido. Estaremos en problemas si nos ven."

También estábamos desesperados. Puede que no hayan habido muchas bajas de nuestro lado anoche, pero las continuas batallas han sido extremadamente agotadoras. Especialmente, ya que tuvimos que viajar muy lejos de la fortaleza para llegar aquí. Sin mencionar a los goblins de la Aldea Gi.

Muchos de los goblins están resoplando y jadeando siguiendo a los humanos. Incluso las piernas que usan regularmente para atravesar el bosque libremente son pesadas ahora. Y aunque los heridos están en la espalda, todos los arqueros de Ganra tuvieron que trabajar para tratarlos.

La princesa Narsa tuvo que quedarse con el grupo de retaguardia para liderarlos, dejando sólo un puñado de arqueros con Ra Gilmi como nuestros tiradores.

Los goblins de clase rara y noble todavía están sanos, pero todos los demás sufren. Parece que tendré que dar un paso adelante.

"Rey, ¿Cuándo atacaremos? La fatiga se está acumulando… ¿No sería mejor atacar ahora?" 

Preguntó Gi Za mientras estaba a mi lado.

Agité la cabeza. 

"Todavía no. Primero tenemos que cansar a los humanos. Tomará un poco más de tiempo antes de que empiece la cacería."

Gi Za debe pensar que soy demasiado cauteloso, como en una rara muestra de desacuerdo, dijo: 

"Si no nos apuramos, llegarán a la entrada del bosque."

Eso es verdad. Por eso, tendremos que elegir cuidadosamente el momento oportuno.

"Lo sé." 

Dije.

"…Si te preocupan las pérdidas, sólo usa a los orcos." 

Dijo Gi Za en voz baja.

Sacudí la cabeza otra vez. No usaré sólo nuestra fuerza, también usaré las otras. Parece que Gi Za ha adquirido la habilidad de leer mis pensamientos hasta cierto punto desde que se convirtió en un chamán.

"Todavía tengo muchos usos para los orcos. No hay razón para tirarlos aquí."

Parece que aún hay una diferencia considerable, incluso en la guerra, entre cuánto confían los goblins en sus compañeros y cuánto confían en los orcos.

"¿Estaremos persiguiéndolos por tiempo entonces?"

"Sí."

Gi Za asintió y luego regresó a sus subordinados para animarlos. ¿Creen que podrán vengar a Gi Zo así? Le oí decir.

Cierto… Tengo que enseñarles… Que los conquistadores no necesitan compasión e indecisión, sólo destrucción.

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Mientras la marcha avanzaba, la mañana se volvió mediodía y el mediodía al anochecer. Los soldados llevaban a los heridos a lo largo de la carretera, descansando en silencio durante una hora de vez en cuando. Todos caminaron en silencio.

Estaban tan cansados, tan cansados que incluso con los kobolds siguiéndolos, la mayoría de los soldados parecían a punto de dormirse. La única razón por la que el ejército aún no se había derrumbado fue por su fe en la fuerza de Gowen. Mientras Gowen estuviera aquí, seguramente podrían volver a casa. Esos eran los pensamientos de los soldados. Es por eso que pudieron salvar a sus camaradas a pesar de la dureza de todo este viaje.

De alguna manera, todavía podían actuar con humanidad.

"¡Nos estamos moviendo!" 

Dijo un líder de pelotón. A sus palabras, los soldados se pusieron de pie. Todos parecían preparados para ser aplastados por la fatiga y la ansiedad, pero lograron mantener sus mentes tranquilas y reunirse como un ejército.

"¡Sólo un poco más! ¡Cuatro horas más y la entrada llegará a la vista!" 

Dijo un líder de pelotón.

Los soldados levantaron la cabeza. Ya era pasada la medianoche, y después de unas pocas horas, la luz del sol regresaría. Los monstruos tampoco han atacado. Tal vez ya se han rendido y no perseguirán más. Tales pensamientos se arraigaron gradualmente en los corazones de los soldados.

Por eso no se dieron cuenta de que los kobolds se acercaban lentamente. Ni siquiera el mismo Gowen se dio cuenta. Para él, los kobolds estaban ahí para presionarlos. Aquellos a los que deberían prestar atención eran los goblins del rey goblin, y luego los orcos.

Para cuando se dio cuenta de lo que estaba pasando, ya era demasiado tarde. Los kobolds habían desaparecido en la oscuridad y ahora les mordían los talones.

"Ku…"

"¡Uoon!"

"¿¡Gyaa!?"

Mientras los soldados eran derribados, sus gritos resonaban bajo el abrazo del dios de la noche.

"¡¡GURUuuuAaAAa!!"

Al mismo tiempo, un aullido bramó. Y en un instante, la figura del diablo iluminada por la luz del fuego resplandecía en la mente de todos.

"¡O-O-ORCOS DETRÁS DE NOSOTROS!" 

Gritó un soldado. Gowen frunció las cejas. Los han tomado. Ese era el aullido del rey goblin, pero no se le encontraba por ningún lado.

¿¡De dónde va a venir!? Es inteligente, así que seguramente apuntará a su punto débil. Y en cuanto a los puntos débiles…

(¡Los flancos van a ser aplastados!)

"¡¡Pelotones, protejan a los heridos y procedan!! ¡No dejen que los monstruos se acerquen!" 

Dijo Gowen con una voz casi enfadada mientras blandía su espada larga y se colocaba en la retaguardia para  defender contra los orcos.

Los distintos jefes de pelotón gritaron a las órdenes de Gowen para calmar a los asustados soldados. 

"¡Saquen sus armas! ¡No vacilen!"

Mantuvieron un ojo atento a sus flancos mientras avanzaban hacia delante. Todos los sentimientos de querer correr fueron reprimidos por el coraje.

"¡¡Mátenlos!!"

Pero la fuerza que golpeó los flancos fue abrumadora. La clase noble, Gi Gu Verbena, el feroz Rashka de Gaidga, y el adherente del dios loco, Gi Zu.

En nada de tiempo, se hizo un agujero en la línea defensiva de los humanos. Los heridos recogieron sus armas para luchar, pero los goblins fácilmente los exterminaron. Eran sólo tres goblins, pero su poder de combate era devastador.

Gi Gu trabajó excesivamente bien con sus subordinados para eliminar a los humanos. Rashka pisoteó a todos con su abrumador poder negro. Y Gi Zu luchó salvajemente con la habilidad Perro Loco que recibió del Dios Loco. Bajo su feroz ataque, las líneas defensivas de los humanos fueron rápidamente quebradas.

"¡Maldita sea, a este paso!"

Cuando los líderes del pelotón se dieron cuenta de que las líneas defensivas no se recuperarían, decidieron dar prioridad a los que no habían resultado heridos. Al menos, los heridos deberían escapar.

Cuando los líderes del pelotón llegaron a esa decisión, imploraron a los soldados que siguieran adelante. Empezó a parecer que tendrían que separarse de la retaguardia, pero si no se apresuraban a calmar la confusión, sufrirían aún más pérdidas. Los líderes del pelotón apretaron el puño ante la insensibilidad de su decisión, y fueron a luchar ellos mismos contra los goblins en la retaguardia.

Fue una decisión elogiable. Pero los soldados que huyeron fueron recibidos únicamente por un infierno aún peor.

"¡¡Adelante!!"

"¡¡Vinieron de nuevo!!"

Atacando a los soldados que salieron de la retaguardia estaban Alashd de Paradua y su caballería de bestias jinete, Gi Gi y los domadores de bestias, y Gi Za y los druidas.

"¡Venganza por nuestros hermanos!" 

Gritó Gi Gi cuando rompió la línea defensiva con su triple cabeza. La persona que él y sus subordinados buscaban no era otra que Bellan. Mientras cortaban a los humanos, sus ojos corrían de un lado a otro, buscando a un hombre blandiendo una espada de fuego.

"¡Pongan a descansar los remordimientos de Gi Zo aquí!" 

Ordenó Gi Za a sus druidas subordinados antes de mirar a su alrededor. 

"Y así, la tabla está lista."

En el campo de batalla, en el centro de la arremetida de cabezas voladoras y sangre derramada, donde la sangre teñía de rojo la tierra, Gi Za se rió. Todo lo que quedaba era que el rey añadiera los toques finales.

La estimulación provocada por la batalla que surgía de su pecho hizo sonreír a Gi Za. La noche aún no había terminado.

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