Novelas ligeras en español

jueves, 16 de noviembre de 2017

Welcome to the Monsters capitulo 2

"¡Nos atacan los monstruos!"

La voz del vigía hizo eco en las paredes de Dekuch. Los soldados se apresuraron, inmediatamente cerraron las puertas y prepararon sus arcos.

"¡¿Dónde están?!"

No importa dónde mirarán, no se podía encontrar un solo monstruo.

"¡Arriba! ¡En el cielo!"

Entonces, una gran sombra ennegrecía el cielo.

¿Una nube pasando? Pero cuando miraron al cielo, sus esperanzas fueron brutalmente traicionadas.

La figura de un enorme reptil alado y con cuernos estaba bloqueando la luz del sol. En sus ojos brillaba el vivo resplandor de la inteligencia.

"Un-Un dragón…"

Todos los soldados comenzaron a murmurar las mismas palabras. Esa era de hecho la forma de un dragón, la bestia más poderosa y temida del mundo entero.

El depredador imparable que infundió miedo en los corazones de sus presas.

Enfrentar a uno significaba que era imposible evitar la muerte, incluso si intentaban huir. Los soldados estaban listos para morir y se quedaron en el sitio por el miedo que provocaba el dragón.

"¡Disculpen me! ¿Nos pueden dejar entrar en la ciudad?"

Esa voz era tan clara que estaba totalmente fuera de lugar. Pero fue la salvación para los soldados.

Inmediatamente comenzaron a buscar la fuente de la voz, pero sin importar lo mucho que lo intentaron, no se veía por ningún lado.

"¡Estoy aquí arriba!"

Esa voz misteriosa vino del cielo. Parecía el epítome absoluto de la muerte, que haría temblar a todos por el miedo.

Los soldados mantuvieron los ojos bien abiertos.

"¡Hola! ¿Pueden dejarnos entrar?"

Luego, vieron a alguien en la espalda del dragón.

"¡¿Él lo está montando?!"

Los soldados estaban terriblemente sorprendidos.

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"Ya-Ya veo, entonces eres un domador…"

A su lado, había un caballo blanco con un cuerno que brotaba de su frente.

Los soldados que escoltaban a Raiz se mantuvieron a una distancia segura de él, y la gente de vez en cuando enviaba miradas curiosas a la peculiar pareja. Raiz preguntó a los guardias si podían mostrarle el camino a la casa del alcalde de la ciudad.

"Sí. No pudimos encontrar trabajo desde el final de la guerra, así que decidimos abrir una tienda. Es por eso que hemos venido aquí."

"¿Una tienda…? ¿Para el dragón?"

Los soldados no tenían idea del tipo de tienda que abriría un domador de dragones, así que comenzaron a imaginar a la bestia vendiendo productos como un dependiente.

No, eso no puede ser.

"Principalmente queremos un hogar."

"Ya veo… Está bien, hemos llegado."

El soldado señaló con el dedo una casa que se destacaba de las otras.

"Gracias por acompañarnos aquí."

"De-De nada… Volveremos a nuestras posiciones."

Parecieron huir cuando estaban regresando a las paredes.

"Dios mío, ¿va enserio que nos dejaron solos aquí?"

El unicornio atónito suspiró mirándolos.

"Bueno, solo son soldados comunes, personas cuyo deber es proteger sus posiciones."

Sus palabras estaban empapadas de cinismo cuando llamó a la puerta del alcalde.

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"Hola, soy el alcalde de esta ciudad. Mi nombre es Dapta."

Fueron llevados a una habitación grande, probablemente hecha específicamente para recibir invitados.

Raiz se sentó en una silla colocada al otro lado de la mesa que lo separaba del alcalde, un hombre gordito.

"Hola, soy Raiz Tamer."

"Entonces, Señor Raiz, ¿qué te trae a mi ciudad? Trayendo un dragón…"

Mientras estaba aterrorizado por la bestia que se podía ver fuera de la ventana, el alcalde trató de saber las intenciones de Raiz.

"Bueno…"

Raiz miró de soslayo al hombre robusto que estaba cerca del alcalde antes de comenzar a negociar.

"Oh, ¡cierto! Este aventurero es Trow, el maestro del gremio de esta ciudad. ¡Él también colabora para mantener el orden público!"

El alcalde felizmente intentó cambiar de tema.

"Siéntete libre de llamarme Trow, noble Raiz."

Trow pensó que Raiz era un noble de algún tipo, ya que se presentó usando su nombre completo, y decidió señalarlo.

"No, mi apellido es solo un título que me dieron durante la guerra. Soy el primero de mi generación."

En este mundo, los títulos relativos a los méritos de la batalla son raros. Estos son principalmente por honor.

Las personas que trabajan demasiado se les atribuyen títulos en lugar de recompensa con dinero. Esa es la razón por la cual parte del salario del ejército es muy bajo.

Eso no es cierto a largo plazo, pero este es otro tema.

"¿Entonces por qué estás aquí?"

Trow se hizo cargo de la discusión, pero Raiz mantuvo la calma y continuó las negociaciones.

"Puedes adivinar por el dragón que soy un domador."

"¡¿Un domador?!"

Gritó el alcalde.

Los domadores no eran nada inusuales, pero alguien que domesticaba a un dragón pertenecía a una clase completamente diferente.

Eso es porque para domesticar a una bestia de ese nivel, uno necesitaría un espíritu inquebrantable y un talento increíble.

¿Por qué alguien tan increíble vino aquí? Pensó el alcalde.

Trow también comenzó a ponerse tenso.

Él domesticó a un dragón e incluso adquirió un título… ¡Si mi suposición es correcta, seguramente…

"En realidad, he venido a pedir un lugar disponible que yo pueda administrar para mis monstruos."

"¿…Que?"

La solicitud fue tan inesperada que los dos se quedaron completamente estupefactos.

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